Consejos para tus entrevistas de trabajo como TO

El primer consejo que quiero darte es que vayas a todas las entrevistas a las que puedas, siempre, incluso aunque tengas claro que ese puesto que ofertan no es para ti. Sin embargo, ir supondrá un aprendizaje para ti y te dará experiencia y seguridad para la próxima.

Pero ahora, empecemos por el principio. Cuando recibes esa esperada llamada. ¡Qué nervios entran! Atento, porque el plan de acción comienza aquí. Debes prestar mucha atención, no sólo a los datos sobre la cita (fecha, lugar, hora, empresa…), también puedes intentar obtener más información en esta llamada de teléfono. Por ejemplo, conocer quién te hará la entrevista y de qué tipo será (individual o grupal, lo vemos más adelante), o algunos datos más sobre el puesto al que aspiras.  Conocer esta información te dará confianza llegado el momento.

 

Desde que recibes esa llamada hasta el día de la entrevista, tienes tiempo de prepararte. Algunos de los consejos que puedes tener en cuenta para este momento son:

  • Retoca tu CV y llévalo actualizado a la entrevista. Al actualizarlo, ten en cuenta lo que buscan en esa empresa a la que vas y retoca y adapta el curriculum teniéndolo en cuenta.
  • Actualiza y completa tu perfil de LinkedIn. Es muy probable que puedan buscarte en esta red social ya que es la red social profesional número uno a nivel mundial. Destaca algún detalle que encaje con el puesto.
  • Repasa tu trayectoria profesional. Cuando lo cuentes, hazlo en orden cronológico.
  • Elabora una lista con las dudas que tengas sobre el puesto de trabajo y sobre la empresa. Si durante la entrevista, encuentras el momento de hacerlas, hazlo. Intenta esperar a que sea el entrevistador el que saque el tema.
  • Busca información en Google y conoce la empresa. Mira su página web. Síguela en todas las redes sociales. Incluso, interactúa en ellas.

 

Llegado el momento de la entrevista:

  • Piensa bien qué ropa vas a ponerte. Desde mi punto de vista, me parece importante la primera impresión que causamos. Nuestra ropa, los accesorios o el peinado que llevamos dice mucho de nosotros. Mi consejo es no llamar mucho la atención, un estilismo sencillo casi seguro que funciona. No utilizaría complementos llamativos o cantosos, ni enseñaría muchos tatuajes, o exceso de maquillaje. Por supuesto, esta opinión sobre la ropa es muy personal. Habrá entrevistadores que se fijen en esto y otros que no tanto. Por eso, por si acaso, mi consejo es no jugársela. Personalmente, creo que he ido a todas mis entrevistas de trabajo vestida igual siempre: arriba siempre con algo de ropa negro, liso, sin estampados. Y pantalón beige (porque el vaquero es más informal). Y zapato formal negro.
  • Evidentemente, llega puntual. Descansa bien la noche de antes.
  • Saluda sonriente. Y se cordial.
  • Llama al entrevistador por su nombre. ¿No es agradable que se dirijan a ti por tu nombre? A mi me gusta. Es un pequeño detalle pero dice mucho del candidato.
  • A priori, siempre habla de usted al entrevistador. Después ya veras si te tutea o te pide que lo tutees. Míralo a los ojos cuando habléis.
  • Siéntate recto. Tu postural corporal también dará mucha información de ti. Ya sabemos los terapeutas ocupacionales que el lenguaje NO VERBAL dice a veces mucho más que el lenguaje verbal. Relájate y cuida tu postura para que no transmitas nerviosismo.
  • Si eres efusiva, como yo, y sueles utilizar gestos exagerados o hablar de manera intensa… ¡contrólate!
  • Utiliza un lenguaje sencillo, se natural. Habla de manera positiva.
  • Demuestra interés y da las gracias al despedirte.

 

Hay entrevistas individuales, donde el entrevistador y tú habláis sobre algunas preguntas que normalmente tienen estructuradas en un guión y donde dejan tiempo para que cuentes tu experiencia y vayas respondiendo con iniciativa.

Y también hay entrevistas grupales, en las que te reúnen con otros candidatos y pueden por ejemplo, plantear alguna situación para que resolváis juntos. Así observarán las habilidades que cada uno presenta. Desde mi punto de vista, estas son menos comunes para puestos de terapeutas ocupacionales.

Las entrevistas suelen durar unos 30 minutos aproximadamente. Algunas de las preguntas que a mi personalmente me han hecho en entrevistas para puestos de TO, han sido:

– Qué es la Terapia Ocupacional. Que lo explique con mis palabras.

– Qué aporta la TO al equipo de trabajo y cuál es nuestro objetivo.

– Que hable de mi. Y diga tres cualidades y tres defectos. Aquí me quedé súper en blanco. Era de las primeras entrevistas de trabajo que hacía. Las cualidades si las tenía preparadas… era lo que quería, venderme. Pero ¿los defectos? ¿Qué contaba malo de mí que no me afectara de manera negativa a la hora de conseguir el puesto de trabajo?

– ¿Qué actividades haría con los mayores?, me preguntaron en una residencia a la que fui. Hasta ahí todo bien. Pero después me preguntaron ¿y con las personas mayores que se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad, que ya no hablan o no caminan? ¿Cómo intervienes con ellos? Ahora mismo lo tengo muy claro, pero hace diez años me quedé bastante cortada y recuerdo que respondí regular porque me puse muy nerviosa. Claro, el bingo con ellos no funciona. Y la estimulación cognitiva tampoco.

– En otra entrevista, me preguntaron si prefería trabajar sola o en equipo.

 

Otro consejo que me gustaría dar es que nosotros, como entrevistados, también podemos hacer preguntas. De hecho, pienso que debemos hacerlas. Cuando terminé la carrera fui a cuatro o cinco entrevistas en muy poco tiempo. Y siempre que llegaba a casa, alguien de mi familia me preguntaba “¿y cuánto dinero vas a ganar?” Y yo nuuuunca preguntaba eso. Pero ¿por qué no? ¿cómo vamos a empezar a trabajar en un sitio sin saber cuánto vamos a cobrar? ¡No es malo preguntarlo! Si fuera ahora a una entrevista, sin duda lo preguntaría. Una entrevista es bidireccional y hacer esa y otras preguntas nos ayudarán a decidir si es la oportunidad que estábamos esperando o no.

Por ejemplo, también podríamos preguntar “¿qué esperan de nosotros en el puesto de trabajo?”, o ¿qué posibilidades tenemos de crecer dentro de la empresa?, ¿qué ambiente de trabajo hay en el centro? O si es común quedarse haciendo horas extra.

 

Por último, si de verdad te hace ilusión formar parte de ese equipo y conseguir ese puesto, hazlo saber. Dilo sin miedo. Comparte esas ganas y esa ilusión con el entrevistador. Muchas veces esto es más importante que la propia experiencia en el sector.

Desde luego, lo que funciona siempre es ser sincero e ir con la verdad por delante. Ser transparente y ser TÚ mismo es la clave del éxito. Si fingimos ser alguien que no somos, estaremos engañando no solo al entrevistador sino a nosotros mismos. ¡Y no funcionará!